México tiene una nueva Política Nacional de Inclusión Financiera que incorpora,por primera vez,un eje transversal para cerrar la brecha de género y fomentar la participación de las mujeres en el sistema financiero.

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En el próximo lustro,el gobierno de México buscará revertir la brecha financiera de género. La Política Nacional de Inclusión Financiera 2025-2030 (PNIF),presentada este 26 de noviembre por el Consejo Nacional de Inclusión Financiera (CONAIF),incorpora por primera vez un eje transversal de igualdad de género.
Sus dos ejes transversales son: impulsar la participación equitativa de las mujeres y favorecer la inclusión financiera de las personas en situación de vulnerabilidad. “Que las mujeres,las poblaciones que habían sido históricamente excluidas y las empresas de menor tamaño participen plenamente en los beneficios del sistema”,reza en su visión,que fue ideada,entre otras instituciones,por el Banco del Bienestar,Nacional Financiera (Nafin) y Financiera para el Bienestar (Finabien).
La PNIF incorporó la transversalidad de género en las etapas de diagnóstico y diseño. La brecha financiera según sexo es de 8.1 puntos porcentuales,ya que 72.8% de las mujeres adultas cuenta con al menos un producto financiero en el país,frente al 80.9% de los hombres,de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024.
Simultáneamente,incluye dos objetivos habilitantes: uno acerca de facilitar la cobertura del sistema financiero y la accesibilidad de los canales de atención y otro para fortalecer la prevención de problemas y reforzar la confianza en el sistema financiero.
Contenido y objetivos
La política consta de 125 líneas de acción agrupadas en 26 estrategias y 24 indicadores asociados a los objetivos estratégicos. Su objetivo general es,según consta en el documento: “fortalecer el bienestar financiero de las personas y empresas en México,a través de fomentar el mayor acceso y uso de productos y servicios financieros formales,que satisfagan sus necesidades,bajo una regulación adecuada y esquemas de protección robustos”.
Mientras que los cuatro objetivos específicos son:
Promover el ahorro formal y de largo plazo,así como el uso de los productos de captación como herramientas de administración de recursos.
Facilitar el acceso al financiamiento formal,especialmente el productivo,en condiciones adecuadas para empresas y personas.
Incrementar la adopción y frecuencia de uso de los medios de pago diferentes al efectivo.
Impulsar la oferta y contratación de seguros,y productos y servicios especializados alineados con las condiciones y necesidades de los diferentes segmentos del público usuario.
La política da,asimismo,un mayor impulso a la inclusión financiera de las empresas,tal como lo había adelantado desde el lunes el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores,Ángel Cabrera Mendoza,lo cual,a su vez se alinea con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo y el Plan México.
Como metas finales se propuso que,para cuando culmine el sexenio,hacia 2030,el 83% de la población en México tenga al menos un producto financiero y el 50% de las empresas haya conseguido financiamiento.